lunes, 13 de julio de 2009

SEGUÍ PARTICIPANDO, FLACA.

De repente, me transforme completamente y deje de ser yo. Deje de lado el papel de nena fuerte más que nada dura para pasar a ser, una idiota. Victima de sus encantos, asi termine.
De repente, me encuentro frente a todas las ultimas paginas de revistas o diarios leyendo el horóscopo y diciendo SIIIII, DEFINITIVAMENTE ESTO ES PARA MI. Hoy me encuentro frente a la pc, leyendo cadenas estúpidas que dicen “si no lo mandas en 4 minutos, te quedaras sola para siempre” y bueno, no se, las mando por las dudas. Ayer no lo hacia, hoy si.
Hoy soy cómplice y dueña de estos ojos que lloran, que derraman lágrimas después de haber estado haciendo mucha fuerza para que esto no pasará. Odio, detesto gastar lágrimas en ellos, pero a veces, es mucho, muchísimo, mas fuerte que yo.
Por momentos, cambiaría tanto y me enferma eso. Ese “arrepentimiento” de estar maquinando las 24 hs. del día: porque le dije esto si en cambio pudiera haberle dicho esto y si no hubiera dicho esto hoy estaríamos juntos. Pero nooooo, mi amor, no seas ilusa. No estarían juntos porque no lo decidiste vos, lo decidió el. Te dejo, el. Chau. Game over.
Como entenderlo. Como olvidarrrrrrrrrr. Como dejar de llorar.
Ahí fue cuando me di cuenta de que no hay cosa más hermosa que dormir, y estar en tu casa y ver muchas películas y me transforme en una ameba sedentaria y asquerosa. Digo asquerosa porque de la bronca me comí todo. No exagero.
Cada vez que me sonaba el celular, lo abria con todas las ganas. Con mis mejores deseos de leer su nombre pero no. No era más que el maldito personal que me cuenta que si hoy cargo una tarjeta tengo 100 mensajes gratis pero claro, no tengo a quien mandárselos.
Entonces dije, bueno ya esta, le escribo yo. Lo llamo.
A lo mejor soy yo la mal pensada y pobre, le paso algo, se le rompió el cel, no tiene como avisar y ahí otra vez, me encuentro pensando hipótesis incoherentes.
Entonces, para calmar mis ancias, me cruzo al kiosko del frente y me compro dos pesos de butter toffes de coco, 2 barritas de tofee con dulce de leche, un cofler aireado y 3 pesos de choco maní.
Ok. Supongo que imaginan que al otro día quiero dormir muchísimo mas de lo que dormi ayer al ver mi cara frente al espejo que se parece a cuando tuve varicela a los seis años. Pero, no. Me maquillo, me pongo 1 kilo de base, rubor, rimmel, delineador, sombra, más rubor. No se cualquier cosa, con tal de sentirme linda y salir con el lema ese de que el “amor de tu vida puede estar en cualquier parte” y entonces recurro con mis capas de maquillaje a hacer los que haceres diarios: carnicería, verdulería y a comprar leche al kiosquito de la mirtha(siempre hay un kiosco de una mirtha) pero no encuentro a mi media naranja. Vuelvo a mi casa frustrada y me conecto: 40 veces leo su muro, 32 miro su perfil,56 paso por su casa, 58 me fijo si se conecto y me desconecto y me conecto unas 8900 mil veces cuando por fin se conecto y no me hablo nunca, por supuesto.
Entonces, le hablo a los amigos, a las amigas, a los hermanos/as de sus amigas para ver si alguien me tira algo, que onda che.. Pero no, estoy acá parada y no hay nada. No hay nada más que mis hipótesis idiotas e inconclusas y su dueña. Que mientras las piensa, derrocha sus lágrimas como si estuviera en un funeral.
Bastaaaaaaaaaaaaa!! Diosito ayudame a olvidar y por sobre todas las cosas, a no engancharme. Quiero poder ser como ellos y que no me importe tanto todo. Quiero despegarme fácil de todo aquello a lo que me aferro. Quiero dejar de ser humana, porque el humano es un ser de costumbre y yo me acostumbre a el, pero ahora, no esta. Se fue. Y yo extraño la costumbre, el tenerlo ahí con migo..

No hay comentarios:

Publicar un comentario